Hay culturas en las que si regateas un precio, te mandan a paseo.
Si hay una camiseta y cuesta 10€, vale 10€, punto.
Sin embargo, hay otros lugares en los que es todo al contrario, básicamente viven del regateo y de cuánto pueden sacarle al cliente.
Esa técnica funciona muy bien, pero claro, solo si se lo haces a alguien de paso y que probablemente nunca vas a volver a ver.
Imagínate ir a comprar el pan todos los días y tener que regatear…
Un día tendría un precio, otro día otro, y acabarías hasta los donetes.
Pero, si vives de los turistas que puede que solamente pasen una vez allí en toda su vida, pues la cosa cambia.
Por ejemplo, en Marruecos está muy arraigada esa cultura del regateo, y hoy te quiero dar unos consejos que parecen de lógica, pero que no todo el mundo cae.
Antes de nada, quiero dejar claro que yo no soy un experto en la materia.
Esta información que te doy es una mezcla entre vivencias personales, literatura, y gente que me lo ha contado.
Lo que tienes que tener muy claro, es que ellos siempre van a buscar tu debilidad para intentar sacarte el máximo dinero posible.
Eso lo pueden hacer de diferentes formas, pero la principal, es hacerte sentir culpable por no comprarles algo.
Te voy a poner el ejemplo de una anécdota.
Un muchacho con fósiles se acerca a una mujer.
Le comenta que él y su familia van todos los días al desierto a buscarlos, que es un trabajo duro.
No solo es encontrarlos, es después lijarlos, limpiarlos y dejarlos presentables para que la gente los pueda comprar.
Que toda su familia se dedica a ello y gracias a lo que van ganando, pueden comer.
Después de estar un rato hablando con ella y contarle su historia, ella se siente en la obligación de al menos preguntarle su precio.
Aunque no estaba interesada, él había perdido su tiempo.
¿Qué menos que preguntarle cuánto costaban?
En un primer momento, le dice un precio muy caro, y ella le responde con una pequeña rebaja.
Según entendía, con todo el trabajo que conllevaba… no podía bajarle mucho.
Este chico dice que no, pero le regala un fósil pequeño como muestra de gratitud por haber estado ese rato hablando y haber escuchado su historia.
En ese momento, ella siente la obligación moral de comprarle alguno, y se lleva varios al precio que le dijo inicialmente, sin rebajar nada.
Hasta aquí, vale, es una historia.
Aunque lo mejor, todavía está por llegar.
Luego, da la casualidad de que esta chica va a una excursión al desierto.
Allí, se encuentra al mismo muchacho comprando fósiles en una cantera a un precio muchísimo más barato a lo que ella lo compró.
jajajaja, qué máquina.
Ni buscar en el desierto, ni lijar, ni limpiar, ni leches.
Compra los fósiles por dos duros, y luego los vende a los turistas por un pastón.
Otra cosa que también pueden hacer, es jugar al poli bueno, poli malo.
A lo mejor te acercas a un puesto a comprar algo, le preguntas cuánto vale, te dice un precio muy caro, y luego le contestas con una gran rebaja.
En ese momento, él se siente muy ofendido por tal rebaja, que así no va a poder dar de comer a su familia.
Pero otro buen vendedor del puesto de al lado se acerca a ti para aconsejarte.
Claro, él sabe cómo funciona esto del regateo y tú que estás más perdido que un pato en una feria, necesitas su ayuda.
Al final, con la negociación y sus consejos, consigues un precio algo más barato que el inicial.
Sin embargo, todo esto está pactado de antes.
Los mismos comerciantes se ayudan entre sí con esas tácticas para conseguir un doble efecto emocional.
Primero, el comerciante malo hace que el turista se sienta culpable por ofrecer un precio muy bajo ya que su familia no va a poder comer.
Después, el comerciante bueno crea un vínculo positivo al ir en su ayuda para aconsejarle sobre un precio adecuado.
De esa forma consiguen una mezcla perfecta.
Consiguen vender los artículos al precio que ellos consideren, y el turista se va contento pensando en que ha ayudado a una familia y que ha conseguido un precio cojonudo.
Obviamente, ellos no van a vender nada perdiendo dinero, ni se van a sentir ofendidos, ni nada de eso.
Además, aunque a ti te parezca barato, a ellos les ha costado menos todavía.
Los vistan cientos de turistas casi todos los días, viven del regateo y de esas técnicas que les funcionan muy bien.
Con estos pequeños consejos, espero que puedas obtener un mejor precio cuando vayas a esa zona y que no te dejes engañar tan fácilmente.
Al menos, pónselo difícil.
En el próximo viaje que tenemos a Marruecos, al Norte del Rif, podrás tener la ocasión de poner en práctica estos consejos.
Aunque si no quieres comprar nada, no hace falta que lo hagas.
Igualmente vas a tener la oportunidad de disfrutar de una cultura distinta y unos rincones preciosos.
Además, con todo bien organizado para aprovechar el tiempo y aprender sobre esos lugares.
Nos vamos del 13 al 15 de junio, con un precio buenísimo por todo lo que entra.
Si quieres ver el itinerario al completo, te lo dejo aquí:
ESCAPADA AL NORTE DEL RIF, PRECIO REDUCIDO HASTA EL 9 DE MAYO.
¡Un abrazo!
PD: Si has llegado hasta aquí, te mereces el consejo estrella. Que no noten que algo te interesa, porque sino, estás perdido. Haz como que te da igual, coge varias cosas, date una vuelta por la tienda… Y si hay algo que no te gusta el precio que te dicen, déjalo aparcado y mira otras cosas, pregunta por algo más barato que tengan, que luego puede que vuelvan a ti con eso que tú realmente quieres, pero a un precio más bajo.
PD2. No lleves el iPhone colgando del pecho, o un reloj bueno, muchas joyas… que van a saber que tienes un cierto poder adquisitivo y van a querer venderte más caro.