Esta historia es muy buena.
La conozco gracias a que casi nunca bebo alcohol.
Mira tú la incoherencia, pero es así.
Aunque el vino dulce sí que lo tomo en alguna ocasión.
Y el Pedro Ximénez, es uno de ellos.
Hay varios relatos diferentes para explicar su origen, pero te voy a contar el que a mí me gusta más y me parece más real.
Hace muchos años, cuando los árabes dominaban Andalucía, cultivaban uvas para medicinas y perfumes (el alcohol estaba prohibido).
Uno de los métodos que usaban para extraer sus jugos era dejarlas secar bajo el sol ardiente.
Ahí se dieron cuenta de algo muy curioso: el sol concentraba su esencia hasta convertirla en una pasta muy dulce y aromática.
Con el tiempo y el paso de los años, los cristianos conquistaron el territorio y comenzaron a experimentar con ese método hasta llegar a conseguir un vino muy dulce.
Eso está bien y es curioso, pero no explica de dónde viene ese nombre tan particular.
Pues según Rafael Arévalo, profesor de árabe de la Universidad de Málaga, es una traducción que significaría «gota dorada».
Seguramente por el jugo dulce concentrado que salía de esa uva secada al sol.
A día de hoy, aunque se planta en diversos lugares del mundo, su denominación de origen principal es la de Montilla.
Uno de los municipios que visitaremos en nuestra próxima escapada a Córdoba el 21 de noviembre.
No sé, pero puede ser una buena ocasión de comprar alguna botella, ya sea para ti o para regalársela a alguien.
Pero vamos, si no quieres, no pasa nada, no es obligatorio.
Como tampoco es obligatorio venirte a esta escapada.
Ahora, una cosa te aviso, es una gran ocasión para pasarlo muy bien y hacer algo distinto.
¡Pasa un juernes genial!
PD: Este viaje incluye un almuerzo en el restaurante El Artista con bufé libre y espectáculo en directo de Alicia en el País de las Maravillas. Algo único.